Guido Coassin (1928-2022)
Guido Coassin (31 luglio 1928-28 ottobre 2022), di professione muratore capocantiere, per un periodo della sua vita lavorò anche in Australia (1950-1957) e Francia, dove era emigrato. La produzione artistica è stata la sua passione fin da quando da ragazzino apprese a Spilimbergo la tecnica del mosaico.
Assunse un ruolo importante anche tra gli Alpini: nel lontano 1948 iniziò a suonare la fanfara nei loro raduni e, in occasione del centenario della Grande Guerra, vinse un premio presentando una scultura prodotta usando una pietra verde trovata a Sappada.
Le opere per cui è ricordato, che fanno bella mostra di sé nel giardino della casa familiare, sita a Pordenone (Friuli-Venezia Giulia), sono i modellini in scala di tre importanti monumenti locali: il municipio, compiuto il 31 luglio 2005 con 35.000 mattoncini; la chiesa della Santissima Trinità del 31 luglio 2006, composta da 67.000 pezzi; infine il campanile cittadino, realizzato nel biennio 2012-2014, che ne conta ben 150.000. Il materiale di base, per tutte tre le costruzioni, era ottenuto tagliando da vecchi laterizi singoli mattoncini di 2×0,60 cm.
Per le prime due creazioni ci impiegò un anno, mentre per la sua più grande impresa – il campanile di San Marco – ci mise due anni. La dedizione alle sue opere era completa: quotidianamente si recava in bicicletta al centro del paese e, munito di binocolo, studiava con attenzione ogni caratteristica dell’edificio da riprodurre; poi rincasava e si metteva al lavoro. Le misure erano prese “a occhio”, senza alcuna documentazione, usando una scala 1:10 per le prime due opere, mentre per il campanile preferì la scala 1:225.
Il campanile è costituito da una serie di cinque blocchi per un totale di 7,5 m di altezza e 2 tonnellate di peso, comprendenti anche l’armatura di ferro posta all’interno. Il pavimento che lo circonda è in palladiano con piastrelle rotte di tipo francese: recuperava le pietre necessarie dal fiume Meduna. L’attenzione al dettaglio è stata tale per cui ha riprodotto sul retro anche la vecchia prigione del campanile, mentre le campane riproducono il suono reale grazie a un disco. Pensò ad assicurare la stabilità dell’opera ancorandola al tetto dell’abitazione mediante due cavi.
L’attenzione al dettaglio caratterizza anche le altre costruzioni: il municipio è munito di cancello in rame battuto, composto da 260 ribattini; non mancano le parti in marmorino, riproducenti quelle reali, realizzate sempre a mano, come i coppi del tetto. Su un pannello didascalico posto a corredo della costruzione si legge: «Ho costruito quest’opera per scherzo senza pormi alcun impegno e senza alcuna documentazione, bensì solo frutto dell’ingegno. Talvolta mi recavo al Municipio per dare un’occhiata e ridendo e scherzando ci ho passato un’annata».
Il municipio fu l’unica opera che riuscì a ottenere un po’ di visibilità: esposto in occasione della Fiera campionaria del 2006, vi fu addirittura chi si propose di acquistarlo per 300.000 euro, ma l’artista-costruttore declinò l’offerta preferendo tenerlo con sé.
Nella chiesa della Santissima Trinità, dedicata ai Caduti per la Patria – come si legge nell’intestazione posta sopra il portale d’ingresso –, ha riprodotto fedelmente anche l’orologio della facciata, con le scritte indicanti i mesi, i segni zodiacali e relativi simboli. Ma non solo questo, ogni particolare dell’edificio è stato riprodotto con estrema cura e attenzione dalle sue mani sapienti.
Ho incontrato Guido Coassin nel 2015. Molte informazioni derivano dalla mia conversazione con lui, altre sono state riprese da un articolo pubblicato nel luglio 2014 da Lara Zani nel quotidiano «Il Gazzettino». Altre fonti: un testo di Bruno Moro pubblicato sul n. 1 – anno XLIX del giornale degli alpini in data 15 marzo 2014 e un video di Telepordenone del 2021 in cui si intervistò la figlia Susy.
Guido Coassin (31 de julio de 1928-28 de octubre de 2022), trabajó como albañil en Italia y, durante un período de su vida, también en Australia (1950-1957) y Francia, donde emigró. La producción artística ha sido su pasión desde que era joven, cuando aprendió la técnica del mosaico en la ciudad de Spilimbergo.
También jugó un papel importante entre los Alpinos: en 1948 comenzó a tocar la fanfarria en sus mítines y, con ocasión del centenario de la Gran Guerra, ganó un premio presentando una escultura producida usando una piedra verde encontrada en Sappada.
Las obras que más se recuerdan, colocadas en el jardín de su casa familiar, en la ciudad de Pordenone (Friuli-Venezia Giulia), son las maquetas de tres importantes monumentos locales: el ayuntamiento, terminado el 31 de julio de 2005 con 35.000 ladrillos; la iglesia de la Santísima Trinidad del 31 de julio de 2006, compuesta por 67.000 piezas; finalmente el campanario de la ciudad, realizado en el bienio 2012-2014, que cuenta con 150.000 bloques. El material de base, para las tres construcciones, lo obtenía cortando de ladrillos viejos otros ladrillos de 2×0,60 cm.
Para las dos primeras creaciones tardó un año, mientras que para su mayor empresa – el campanario de San Marco – tardó dos años. La dedicación a sus obras era completa: todo los días iba en bicicleta al centro de la ciudad y, a través de binoculares, estudiaba con atención los detalles del edificio a reproducir; luego volvía a casa y se ponía a trabajar. Las medidas se tomaron «a ojo», sin ninguna documentación, usando una escala 1:10 para las dos primeras obras, mientras que para el campanario prefirió la escala 1:225.
El campanario está constituido por una serie de cinco partes con un total de 7,5 m de altura y 2 toneladas de peso, incluyendo también la armadura de hierro colocada en el interior. El suelo que lo rodea está hecho de palladiano con azulejos rotos de tipo francés: recuperaba las piedras necesarias del río Meduna. La atención al detalle ha sido tal que ha reproducido en la parte posterior también la antigua prisión del campanario, mientras que las campanas reproducen el sonido real gracias a un disco. Pensó en asegurar la estabilidad de la obra fijándola al techo de su casa mediante dos cables.
La atención al detalle caracteriza también las otras construcciones: el ayuntamiento está equipado con una puerta de cobre forjado, compuesta por 260 remaches; no faltan las partes de mármol, que reproducen las reales, siempre hechas a mano, como las copas del techo. En un panel didáctico que acompaña a la construcción se lee: «He construido esta obra por broma sin comprometerme y sin ninguna documentación, sino solo fruto del ingenio. A veces iba al Ayuntamiento para echar un vistazo y riendo y bromeando me pasé un año».
El ayuntamiento fue la única obra que logró obtener un poco de visibilidad: expuesto en la Feria de muestras de 2006, alguien se propuso comprarlo por 300.000 euros, pero el artista-constructor rechazó la oferta prefiriendo guardárselo.
En la iglesia de la Santísima Trinidad, dedicada a los Caídos por la Patria – como se lee en el encabezado colocado sobre el portal de entrada -, ha reproducido fielmente también el reloj de la fachada, con las inscripciones que indican los meses, los signos zodiacales y sus símbolos. Pero no solo esto, cada detalle del edificio ha sido reproducido con extremo cuidado y atención por sus manos sabias.
Conocí a Guido Coassin en 2015. Gran parte de la información procede de mi conversación con él, mientras que otras se han tomado de un artículo publicado en julio de 2014 por Lara Zani en el periódico «Il Gazzettino». Otras fuentes: un texto de Bruno Moro publicado en el n. 1 – año XLIX del periódico de los alpinos el 15 de marzo de 2014 y un vídeo de Telepordenone del 2021 en el que se entrevistó a su hija Susy.